En tiempos de crisis como hoy, que estamos atravesando la pandemia del coronavirus, el camino hacia la felicidad requiere valores fundamentales como la amabilidad, la compasión y la solidaridad.
Encontrar las redes sociales y sitios web repletos de noticias y recomendaciones por el coronavirus, ha hecho que en estos momentos pase casi desapercibido que "debemos ser felices". Hablar de felicidad, es tocar un tema muy complejo, un tema que creemos conocer pero solo hasta el momento en el que nos detenemos a analizar nos damos cuenta de lo que está pasando en la realidad.
Es importante comentar que no soy psicóloga, ni especialista en el comportamiento humano, pero vivo en una constante lucha por cumplir mis sueños y sobre todo, después de muchos golpes de la vida, he aprendido que debo ser feliz porque me lo merezco y por ello, todos los días lo intento.
Es curioso pero te haz preguntado ¿Para que sirven los días internacionales? ¿Para qué sirve un día internacional de la felicidad? Pues de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidad (ONU) estos días nos dan la oportunidad de sensibilizar al público en general sobre temas de gran interés, tales como la misma felicidad, los derechos humanos, el desarrollo sostenible o la salud ¿Tiene sentido cierto?
Entonces que no te sorprenda saber que incluso hay organizaciones internacionales que se dedican exclusivamente a investigar la felicidad.
Un poco de historia
En el 2012 la ONU decretó que el 20 de marzo se celebrase el Día Internacional de la Felicidad para reconocer la relevancia de la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de los seres humanos y la importancia de su inclusión en las políticas de gobierno. Esta resolución reconoce además la necesidad de que se aplique al crecimiento económico un enfoque más inclusivo, equitativo y equilibrado, que promueva el desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza, la felicidad y el bienestar de todos los pueblos.
La felicidad pasa por la solidaridad
Desde 2013, se ha celebrado el Día Internacional de la Felicidad como reconocimiento del importante papel que desempeña la misma en la vida de las personas de todo el mundo.
Hoy, en medio de la pandemia del coronavirus, debemos trabajar más que nunca, a pesar de que los sacrificios y las consecuencias sean múltiples. Pero todos podemos contribuir a llegar a esa felicidad cuanto antes: desde el que permanece en casa y sigue las pautas de la OMS, pasando por el personal hospitalario e investigador que está haciendo incalculables sacrificios, hasta la gente que arriesga su salud por ayudar a los demás ofreciendo servicios básicos.
Todo ello sin olvidar y tener la perspectiva de que los más afectados seguirán siendo los países que luchan por la pobreza. No podemos olvidarlo.
La felicidad individual pasa por la felicidad global con la colaboración de todos. No dejemos a nadie atrás.
Entonces ingeniera ¿Eres feliz?
Poniendome seria con el tema de la felicidad, encontré el Reporte Mundial de la Felicidad 2020 (World Happines Report 2020), elaborado por un grupo independiente de expertos y disponible en worldhappiness.report, donde se mencionan múltiples factores que influyen en nuestra felicidad, tales como:
Situación económica: ingreso familiar anual, suficiencia de ingresos y situación laboral.
Optimismo económico: optimismo sobre la propia situación económica.
Educación: número de años de educación.
Salud: problemas de salud y experiencia del dolor.
Capital social: apoyo social y compromiso cívico.
Seguridad: sentimientos de seguridad y victimización.
Demografía: edad, género, tener una pareja y tener hijos.
Migración: nacido en el país o en otro lugar.
Percepción de otros países: calidad de las instituciones, corrupción y libertad percibida.
Al leer el reporte, me di cuenta de que para cada factor tengo una reflexión con la cuál podría decirte porque no y porque sí soy feliz, pero en este punto considero responsable decirte que ser felices se puede volver una decisión personal.
Mi consejo es que no dejes que tu felicidad dependa de alguien o algo. Nada es sufiente para quien piensa que no vale nada.
He comprobado que, con educación y optimismo, es posible salir adelante de cualquier adversidad. Pero eso no lo es todo, cada persona es única y vive en una situación única, por tanto son muchos los factores que pueden mejorar nuestra calidad de vida y encontrar el equilibrio de éstos dependerá de nuestras necesidades e intereses.
Como ingenieras estamos acostumbradas a la resolución de problemas (desayunamos problemas) pero en veces caemos en la rutina de los números y descuidamos nuestra persona por cumplir con nuestro trabajo o con alguien más y eso no está bien, debemos encontrar nuestro punto de equilibrio personal y profesional.
Para activar al máximo nuestro potencial y dar al mundo la mejor versión de nosotras mismas, debemos ser felices.
En conclusión
¿Sabes que me hace feliz? Que estés aquí. Tener la oportunidad de escribir y contactar con miles de mujeres que como tú y yo, hemos decidido transformar al mundo con ingeniería. Cada vez que puedo hablar con alguna de ustedes, una parte mi es muy feliz y se llena de energía para seguir escribiendo y compartiendo contenido que nos aporte valor.
Mujer Ingeniera: diseña la vida que mereces, no importa cuantos miedos cueste. Te darás cuenta que la felicidad aparece cuando lo que piensas, lo que dices y lo que haces están en armonía.